Podemos pensar que hay una gran diferencia a la hora de
comerse un revuelto de patatas hecho de forma normal, esto es con las
patatas fritas, a comérselo de la forma que os voy a explicar. Pero en realidad no hay tanta y sí estás intentando cuidar el peso esta es una opción perfecta.
Algunas personas creen que si estás (o
vives) a dieta no puedes comer casi de nada, y en realidad el truco
está en adaptar aquello que nos gusta comer para hacerlo de una
manera más saludable.
No niego que un revuelto con sus
patatas fritas en abundante aceite de oliva virgen extra, es uno de
los placeres más grandes del paladar...pero todos los días eso no
se puede hacer, a no ser que la naturaleza te haya regalado el don de
no engordar por mucho que comas, que conozco a más de una.
Pero a mí me toca hacer trueques, ¿que
quiero decir con esto? Pues que me gustan los pasteles y los postres
dulces, por eso hago trueques.
Yo uso el sistema de propoins para
controlar mis menús, por ello si quiero darme el gusto con algo
dulce, procuro reducir al máximo en otras cosas el valor en
propoins. Esta forma de hacer el revuelto ayuda mucho a este fin. No
hay nada que envidiar a al revuelto tradicional.
Si queréis saber cómo lo hago, aquí
os lo cuento:
Necesitamos un recipiente para el
microondas, puede ser un papilote de silicona (así lo hago yo) o un
pirex. Si no dispones de ningunos de ellos, hazlo con un plato y film
tapando las patatas.
Corto las patatas, añado sal y las
pongo en el papilote y las introduzco en el micro 3 minutos a máxima
potencia.
Al terminar, abro el recipiente, muevo
un poco las patatas y pongo otros tres minutos.
*El tiempo que tarde en cocerse las
patatas va a depender del tipo que sean.
Mientras, en una sartén pongo una
cucharada de aceite de oliva virgen extra y sofrío unos champiñones
y un poco de cebolla cortada.
Entonces añado las patatas a la
sartén, le doy unas vueltas hasta que se ponen algo doradas y añado
un par de claras de huevo o un huevo.
¡A disfrutar!