No sé si
alguna vez has pensado en cómo eran algunas cosas si las comparamos con la forma
de hacerlas ahora.
Imagina que
hace años, cuando no había Internet y menos blogs de cocina, nos hubiera dado
por querer saber cómo cocinaba tal o cual cosa la vecina, la amiga, la cuñada,
o quien quieras imaginar. Piensa qué, primero
había que preguntarle, que quisiera decirlo y que se tomara el tiempo
para escribirlo… y todo eso si había confianza suficiente. Ni soñando podríamos
tener recetas a mano de personas de otras ciudades, de otras comunidades o de
otros países.
Ahora somos
miles o millones las personas que tenemos un blog de recetas (o de lo que sea)
que compartimos con el mundo todo lo que hacemos, algunos con más o menos éxito, pero casi todos creo, con la sana intención de compartir, otras con el deseo de
que sus hijos aprendan a cocinar y tengan siempre dónde encontrar los secretos
de cocina de su casa. Y en todo este proceso de crear y compartir, mucha gente
viene a ve.
Se mete en tu cocina
virtual, ve lo que haces, y en algunos casos y digo sólo en algunos contados casos, su interés no es aprender, sino verte a ti. Ver que
se refleja de tu vida desde un blog,
averiguar lo que no es capaz de preguntar.
No se puede
evitar, hace meses una compañera cerró su blog al público pues se sentía “espiada”
por gente así, vecinas que eran muy legales con la información que obtenían, gente a la que yo llamo “visilleras
virtuales”, hoy mi entrada la dedico especialmente a mis “visilleras” particulares, a todas
esas personas que se tienen que esconder tras un visillo imaginario, venir a
ver mi cocina y aparentar que nunca han estado aquí. A todas vosotras,
bienvenidas, si algún día os apetece salir del anonimato, aquí estoy.
Y para
endulzarnos un poco os voy a dejar un postre muy rico, lo he ofrecido en cenas
con amigos y les ha encantado, después he repetido y nos ha vuelto dejar buen
sabor.
Este mousse
tiene algunas ventajas sobre otros, es
muy fácil hacerlo, no necesita mucho tiempo de refrigeración y no es
pesado, ni demasiado dulce. Claro que si sois del gremio de los muy golosos
añadís más azúcar, pero sinceramente no la necesita.
Con estas
cantidades os salen 6 vasitos.
[Doble Mousse de Capuchino, Chocolate
y Queso]
Ingredientes:
Para la capa
de chocolate;
125 g de chocolate 70% cacao
1 cucharada de café granulado instantáneo
2 cucharadas de licor al gusto (yo he puesto crema de Alba)
4 claras de huevos
50 g de azúcar o 1 cucharada de edulcorante líquido
Para la capa de queso;
3 claras de huevos
4 cucharadas de queso de untar
50 g de azúcar o 1 cucharada de edulcorante líquido
Preparación de la primera capa:
Lo primero será derretir el chocolate en el microondas, para
ello hacerlo a intervalos de 30 segundos, vigilando que no se queme.
En dos cucharadas de agua hirviendo, disolver el café y
añadir el licor, unir con el chocolate y dejar enfriar.
Mientras montar las claras a punto de nieve. Si vais a usar
edulcorante mejor añadirlo antes de montar si optáis por añadir azúcar, hacerlo cuando las claras estén
casi montadas y seguir hasta conseguir brillo.
Mezclar con el chocolate, primero añadir un par de cucharadas
y después el resto con cuidado que no se bajen y quede todo perfectamente
unido. Lo dejamos enfriar.
Segunda capa;
Montar las claras de la misma forma. En un
cuenco ponemos el queso y batimos con el azúcar hasta obtener una pasta suave,
mezclar con las claras con cuidado y añadir a los vasitos encima del chocolate,
dejar enfriar una media hora y ya se puede consumir.