jueves, 17 de marzo de 2016

Si el dinero llama al dinero, ¿la estupidez llama a la estupidez? By Zurda y Pelirroja

Si el dinero llama al dinero, ¿la estupidez llama a más estupidez?

Es un dicho conocido, y una creencia arraigada en nuestro país, es una frase repetida cuando vemos a alguien que, teniendo dinero, consigue más dinero.

Sí. Yo creo en esa afirmación, si se tiene dinero, se tiene capacidad de apostar de muchas formas para conseguir más dinero, mejores negocios, mejores trabajos, capacidad de arriesgar sin que peligre el pan diario. El dinero cuando abunda, o es un poco más que suficiente para vivir, permite hacer y deshacer.


Suele pasar también con el dinero heredado, quiero decir, con el que viene de familia, de arraigo en las generaciones, y el que se ha conseguido sin golpes de suerte. Que también los golpes de suerte ayudan a que siga la racha. Que sí.

Y la pregunta es ¿llama la estupidez a más estupidez?
Y digo estupidez en el amplio sentido de la palabra, en todos los sentidos, todas las acepciones y si se te ocurre alguna más, también en esa.

Creo que sí. Basta con analizar estos tiempos.

Hay que ser estúpido para creerse superior a otros, hay que serlo para pensar que se pueden tirar monedas a otras personas, humillar sin ningún pudor a otro más débil, por muy nórdico y civilizado que nos hayan dicho que eres, y dormir por la noche cuando se te pasa la borrachera.

Hay que se muy estúpido, también, para llevarte el dinero de otros, el de todos, y pensar que nunca se va a enterar nadie y hay que serlo para explicar por teléfono el método que seguías.

Hay que ser estúpido para seguir negando lo evidente, para creer que nunca recogerás lo que has sembrado. Hay que serlo para creerte que por ser del primer mundo tienes más derechos que tu prójimo lejano.

Esa estupidez debió empezar a crecer alguna vez en los depositarios de la misma, haciéndoles creer que nunca se descubriría lo oculto. La avaricia oculta y bien vestida.

Hay que ser muy estúpido si se piensa que la gente que ve la tele es idiota, que no analiza, que no se cansa de los argumentos que, repetidos y bien pagados, nos susurran una y otra vez mentiras, como si la mentira se hiciera verdad por repetirla.

Hay que serlo para creer que se nos ha olvidado lo que es el bien común.

Y si el dinero llama al dinero, y la estupidez a más estupidez, ¿por qué no la inteligencia a más inteligencia?

La solidaridad a más solidaridad, la tolerancia a más tolerancia.

Me gusta pensar que la justicia llamará a más justicia. El derecho a más derecho, la igualdad a más igualdad. La cultura a más cultura.
Pero creo que por ahora solo será eso, un deseo.
¿No hemos vuelto idiotas en masa, insensibles en masa o inútiles en masa ?

Y si por tener más dinero y ser más poderoso hay que pagar el precio de ser más estúpidos, yo quiero bajarme de aquí.
Quiero dejar de llamarme ciudadana para llamarme consentidora, quiero dejar de llamarme humana y llamarme estúpida.

Nadie ha dicho que sea fácil. No es imposible.

Idomeni, pienso en ti.


2 comentarios:

  1. Ayy corazón mío. ..Yo igual...no puedo remediar pensar en lo que se está dejando que pase en Indomeni. Ya no hablamos de Siria ...sino de Europa y de lo que estamos permitiendo. Es una absoluta VERGÜENZA! ! . Lo comparto...a ver si es posible que consigamos que nuestro deseo sea una realidad...
    INDOMENI PIENSO EN TI

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  2. ¿Insensibles en masa? que va, mi querida Carmen. No hay como celebrar un partido de fútbol, que verás moverse las masas con verdadera pasión como si les fuese la vida en ello.
    Para lo demás, se estás mas a gusto sentado y contemplando. Es una patata caliente, que nadie quiere coger, y estoy segura que cualquier día dejarán de hablar de ellos en las noticias y será como si se hubiera volatilizado.
    Todavía me acuerdo, hace años, cuando mostraban imágenes del pueblo Kurdo y el éxodo al que fue someteido. Tras dos semanas abriendo telediarios y siendo portadas, se dejó de hablar de ellos, y todo cayó en el más absoluto olvido.
    Y así somos, y así seguiremos . . . te lo digo yo.
    Quizás sea estúpida por pensar así.

    Besotes gordos mi niña.

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Gracias por vuestra visita, es muy agradable recibir vuestros comentrarios, que sin duda agradezco mucho.