Lo cierto es que hace muy poco tiempo,
justo al comienzo de Diciembre que se nos recomendaba moderación y
ejercicio para las fiestas navideñas, escoger lo más sano a la hora
de elegir menú y rehusar todo lo que fuera calórico y no abusar del
azúcar.
Y es que en ese momento mi cabeza dice
“claro, lo pienso llevar a rajatabla”
No me hago la pedorreta ahora por pura
pereza.
Esto va bien, me digo a mí misma el
día 20, he conseguido controlar, eso que yo hago muy bien todo el
año.
Controlar. No faltar al gimnasio, comer
dulce sólo el fin de semana, y cenar ligero. Bravo. Este año lo
consigues, 7 de enero y ni un gramo de más.
Pedorreta de nuevo.
Día 22 y no me ha tocado el gordo,
aunque no juegue, la esperanza de que le toque a la familia y caiga
algo no se va del pensamiento,y endulzamos la triste realidad con el
primer mantecado, que claro, está tan rico que pide un segundo.
Día 24, llega la hora de la cena
familiar y por arte de magia, no me queda el modelito igual de
bien...eso va a ser de los nervios, ya verás.
Día 25, feliz navidad y vamos con algo
más que tostaditas y aceite de oliva, que hay una bandeja de
“detodounpocoacúalmejor” esperando ahí.
Nada, que van pasando los días con sus
correspondientes comilonas y relajación en el ejercicio.
Me descontrolé, confesión hecha y de
nuevo a la buena intención, eso me lo quito con 5 kilómetros de
elíptica el día 30 y el 31a estrenar modelito ...JA...me pesa todo
y llego con esfuerzo a 2,500 m. No es posible ¡me prometí hacer
caso a las recomendaciones!
Y esto no será ná.
El concierto de año nuevo ya lo veo en
pijama, y no por comodidad, que también, sino porque no entra nada
en este cuerpo que no me haga parecer un palomo con el buche lleno,
eso sí, un palomo pelirrojo con mucho glamour.
El día 7 de enero le puedo poner
nombre, y hasta apellidos a mis michelines, vasco o catalanes, tengo
suficientes para que nadie sufra.
No señoras y señores, la intención
por muy buena que sea, es una intención que cae rendida a los pies
de la realidad del glotón, del tragaldaba, del zampón, del ansioso.
La cocinera de este blog, nos tiene
amenazados a todos con comidas sanas, y lo malo es que quedan
bandejillas sueltas por la casa con turrón, ferreros, y algunos
bombones de licor, desastre total, yo que quería ir a las rebajas,
me quedo otro año más sin lucir palmito en Enero.
Bah, otra navidad será.
Ahora toca retomar el ritmo y entrenar duro.
Feliz año a todos.
Me siento tragaldaba, pero sí, ahora toca ponerse dura con la vida sana.
ResponderEliminarA por ello! seguro que nos va bien :)
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